Según informa Tony Haberere, un estudio co-llevado a cabo por el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y la Universidad de Bristol muestra que las emisiones de CFC-11, 12 y 113 son mayores de lo que afirmaban los antiguos trabajos científicos. ¿La conclusión? Es probable que en los últimos años se haya producido más producción ilegal de CFC.
Megan Lickley, becaria postdoctoral del MIT, dice: “Encontramos que las emisiones totales de la nueva producción son del orden de 20 mil millones de gramos por año para cada una de estas moléculas. Esta cifra es más alta que lo que los científicos anteriores han sugerido para el CFC-11, y también identifica nuevas emisiones probables de CFC-12 y 113, que no habían sido consideradas previamente”
Para dar un orden de comparación, Megan Lickley estima que esto representa todas las emisiones anuales de gases de efecto invernadero emitidas por el Reino Unido.
Los autores de este estudio calcularon la cantidad de CFC todavía presente en los "bancos", a saber, refrigeradores, acondicionadores de aire y otros aislantes fabricados antes de su prohibición en 2010 (Protocolo de Montreal) y que aún liberan CFC.
El equipo científico analizó los CFC 11, 12 y 113 juntos para tener en cuenta procesos atmosféricos similares (como los vientos) que influyen en su vida útil.
Los resultados son asombrosos: la esperanza de vida de CFC-11, 12 y 113 son, respectivamente, 49 años, 85 años y 80 años, mientras que los mejores valores actuales son 52, 100 y 85 años.
“Dado que nuestras estimaciones son más cortas que los mejores valores actuales, esto implica que las emisiones son probablemente más altas que las mejores estimaciones”, dice Megan Lickley.
Un pico de CFC-11 entre 2014 y 2016, de los cuales la mitad de las emisiones provinieron del este de China.
Para demostrar esta hipótesis, el equipo de trabajo intentó comprender cómo la menor vida útil de los CFC en la atmósfera afectaría las estimaciones de emisiones inesperadas, particularmente entre 2014 y 2016. Durante este período, se encontró un pico de emisión de CFC-11, de los cuales la mitad de estas emisiones vinieron de… China oriental. Después de 2016, las emisiones de esta región cayeron. Sin embargo, ¿de dónde proviene la otra mitad de las emisiones inesperadas? Misterio.
"Con estos tres gases, las emisiones son mucho más bajas de lo que eran en su punto máximo“, dice Megan Lickley. “Pero estos son gases de efecto invernadero muy poderosos. A prorrata, son de cinco a diez mil veces más peligrosos para el calentamiento global que el dióxido de carbono. "
Durante este período, por lo tanto, probablemente hubo una nueva producción ilegal de CFC-11 mayor de lo que pensaban los expertos mundiales, así como una nueva producción de CFC-12 y 113.
La presencia de CFC-12 en la atmósfera se explica por el hecho de que esta sustancia a menudo se coproduce en procesos de fabricación que emiten CFC-11.
En cuanto al CFC-13, el Protocolo de Montreal permite su uso como materia prima para la fabricación de otros productos químicos. Pero las emisiones de CFC-13 son aproximadamente 10 veces más de lo que permite el tratado hoy.