ECODES publicó a finales del año pasado, un interesante informe que viene a contrastar el serio deterioro que ha sufrido el avance de conocimientos y aplicaciones en materia de cambio climático y sostenibilidad.
A continuación, figura un extracto del estudio publicado y en esta noticia se resumen algunas conclusiones,
Así:
“Se puede concluir que los encuestados coinciden en reconocer el retroceso en el tratamiento del cambio climático, dada la escasa cobertura y referencia que obtiene si se compara con el año anterior, puesto que la comunicación se ha centrado en la pandemia.
La mayor parte de los encuestados (76%) concluyen en que sí se han producido cambios en la comunicación del Cambio Climático durante la pandemia, frente a los que consideran que no han existido (24%). Pero entre los perfiles de expertos, cabe observar que los empresarios (90%) y los políticos (87%) son los que más han percibido el cambio en la comunicación, seguidos por los educadores (82%) y los científicos (81%), mientras que los que lo han percibido en menor medida son los activistas de ONG y movimientos sociales (76%) y los periodistas y divulgadores (69%).
Resumiendo, si comparamos qué es, para los profesionales y expertos consultados, lo que resulta más o menos relevante, obtenemos también un contraste significativo. A juicio de los expertos, las causas más relevantes mencionadas en el discurso mediático se vinculan con las distintas fuentes de producción de la energía eléctrica y las que menos se refieren a la huella ecológica y de carbono. Respecto de los impactos, opinan que lo más relevante del discurso mediático es, en la referencia al clima, el aumento de temperatura, alteración de precipitaciones, sequías, olas de calor, etc. y, en la salud humana, la mención a las pandemias, etcétera. De otra parte, los impactos considerados menos relevantes se vinculan con las escasas referencias a los sistemas financieros y a las previsiones de los seguros, precisamente útiles para socorrer los efectos de esos impactos.
En lo que se refiere a las medidas de mitigación, lo que los expertos conciben como más relevante es la incentivación del uso de energías renovables para los consumidores (autoconsumo) y para la industria y, lo que menos, la falta de preocupación en la eliminación del Greenwashing y la publicidad que incentiva el consumo irresponsable.
En fin, respecto de las medidas de adaptación, la mayor relevancia la alcanza la información sobre los riesgos del cambio climático para la salud humana y sobre las medidas de prevención, que ha subido en el número de menciones y, por el contrario, las que menos son las que tienen que ver con las proyecciones a futuro, tanto respecto a la planificación de la actividad cinegética y la pesca como respecto a la facilitación a la ciudadanía del acceso a las fuentes de datos en relación con el porvenir de sus territorios y regiones.
Pero, por otra parte, los profesionales y expertos consultados contestan afirmativamente sobre la cuestión de si hay que priorizar algunos puntos del Decálogo. Por orden de importancia sitúan en primer lugar la conexión del cambio climático con realidades cercanas en el espacio y tiempo, en segundo lugar, la divulgación de la investigación científica y, en tercer lugar, la promoción de la frecuencia y la continuidad de la calidad de la comunicación. A este respecto, y para finalizar, hay que señalar que, en el conjunto de las representaciones que se realizan sobre los cambios experimentados en el discurso mediático del cambio climático, aparecen como prioritarias en la agenda mediática del cambio climático dos dimensiones que reclaman una presencia relevante en el Decálogo: la sanitaria y la económica.
Baste decir que, entre los cambios que ha introducido la comunicación del cambio climático durante la pandemia un cambio de cada cuatro se relaciona con la salud, y un cambio de cada tres está relacionado con la economía. A saber, en la dimensión sanitaria sobre todo vinculando la salud humana a la salud del planeta; y en la dimensión económica, en la promoción de la sostenibilidad verde en términos de ayudas versus penalizaciones.”
Se adjunta PDF con el Informe de ECODES