La cocina y la sala son lugares ruidosos. La exposición al ruido promueve la fatiga y el estrés. El nivel habitual de conversación es 50dB. En el sector del alojamiento y la restauración, casi un tercio de los empleados están expuestos a la contaminación acústica
El ruido llega a la memoria a corto plazo (lo que aumenta el riesgo de error al tomar pedidos, por ejemplo). La exposición al ruido durante el día de trabajo interrumpe el sueño, especialmente si se combina con horarios de trabajo nocturno irregulares y atípicos. Los trastornos cardiovasculares son más comunes entre los trabajadores expuestos al ruido. Dependiendo del nivel de sonido en la sala, el personal debe hacer un esfuerzo de escuchar, comprender, concentrarse. Tendrá que hablar más alto para cubrir el ruido y comunicarse con los clientes (que no encontrarán la relajación ni la calma para una comida de negocios). La fatiga física y mental que resulta genera irritabilidad y agresividad, negativa para la relación con los clientes, ya es una fuente de estrés.
La regulación establece en Francia, que el techo de sonido sea 80dB .A partir de esa cifra el empleador debe proporcionar a los empleados protectores personales contra el ruido. Por encima de 85dB (A), el empleador debe garantizar que los protectores individuales se usen realmente y que el empleado se beneficie de una supervisión médica.