El estudio ‘La Alimentación Sostenible en España’, elaborado por IPSOS para la Fundación Daniel & Nina Carasso, indica que la preocupación por la salud, la pérdida de sabor de los alimentos y los efectos medioambientales son las principales motivaciones de los españoles a la hora de cambiar sus hábitos hacia una alimentación más saludable.
Así, según se desprende del estudio que analiza las costumbres y preocupaciones de los españoles en torno a la alimentación, el 61% de los encuestados destaca la salud como principal motivo para cambiar sus hábitos alimentarios, seguido del sabor y el impacto medioambiental en la producción (35 y 24%, respectivamente).
Asimismo, los encuestados afirman haber aumentado en los dos últimos años el consumo de alimentos respetuosos con el bienestar animal (44%) y de aquellos cuyo impacto ambiental es menor (44%). A pesar de ello, el precio (47%) se mantiene como el principal criterio a tener en cuenta a la hora de la compra; no obstante, en línea con su mayor concienciación con una alimentación sostenible, el 65% asegura gastar más en alimentación que hace dos años, dando prioridad a los productos de calidad aún cuando ello supone que tengan que pagar más (49%).
En esta línea, el 79% de los españoles declara comprar habitualmente frutas y verduras de temporada y el 71% asegura dar prioridad a los productos frescos para cocinar de esta forma sus propios platos. La concienciación con el desperdicio alimentario (54%) también va ganando peso y más de la mitad de los entrevistados prefiere cocinar con sobras, en lugar de abrir nuevos productos. Por su parte, el 53% afirma consumir de forma regular productos de proximidad y que cuenten con una etiqueta de calidad (40%).
La composición de los productos es uno de los factores que más preocupa a los españoles y que hace que desechen consumir ciertos alimentos. El porcentaje de azúcares, sales y grasas (70%), la presencia de aditivos como conservantes y colorantes (61%) o pesticidas (60%), son los componentes que más frenan la compra.
Calidad y etiquetado
En general, la mayoría de los consumidores (71%) declaran sentirse tranquilos con la calidad de los productos que consumen, si bien es cierto que más de la mitad opina que los alimentos han ido perdiendo cada vez más calidad durante los últimos dos años. Más concretamente, afirman sentirse especialmente preocupados por el uso de sustancias que afectan directamente a la naturaleza del alimento y en consecuencia, a su salud.
Este es el caso de conservantes, potenciadores del sabor y sabores artificiales (32%), y de pesticidas (31%). Por su parte, el agotamiento y la degradación de los recursos naturales preocupan al 29%. Por otro lado, a pesar de su confianza en los productos que consumen, una amplia mayoría opina que los alimentos carecen de información suficiente, especialmente en lo referente a su impacto medioambiental, social y sobre la salud.
Por su parte, el 76% considera que existe un gran desconocimiento sobre la procedencia de las materias primas; aun así, más del 70% afirma confiar en las etiquetas y certificados de calidad, ambientales o éticos.