Después de tantos meses de desesperación y sacrificio la luz emerge al final del túnel. El verano se presenta alentador, no exento de dificultades e incidencias, y emerge como la estación con la que se cerrará una etapa, tan histórica como negativa.
En cambio, la perspectiva positiva que plantean los actos previos a la gran semana que, teniendo como fecha clave, el 21 de octubre, cuando las ciudades firmantes del pacto de Milán, conozcan y en ocasiones participen, en las actividades que se habrán desarrollado y desarrollarán (ver agenda) darán la oportunidad de que la sostenibilidad irradie ya, por todas las esquinas de la hostelería.
Y si así pasa, estaremos ya en condiciones de iniciarnos en el largo proceso hacia la descarbonización; objetivo que sin atesorar las virtudes que proporciona a un restaurante, ser sostenible y circular, no se podrá alcanzar, pese a que 2050 se vea lejano…muy lejano.