En 2020, la Fundación Municipal BIT Habitat lanzó la convocatoria de ayudas a la innovación urbana "La ciudad proactiva". Tres de los siete proyectos ganadores proponen soluciones innovadoras a los nuevos retos urbanos de inclusión y sostenibilidad que se plantean en la ciudad a raíz de la pandemia, apostando por primar la proximidad, trabajando en red con el territorio y cuidando las personas que forman parte.
En Barcelona, sólo se recicla una tercera parte de la materia orgánica que genera. Por ello, el proyecto REVOLTA busca implicar a la ciudadanía en la gestión descentralizada de residuos, haciendo hincapié en los hábitos de consumo, el respeto al medio ambiente y el fomento de la agricultura ecológica.
Se trata de una iniciativa de economía circular de la cooperativa Tarpuna SCCL, que trabaja en proyectos de sostenibilidad social, ambiental y de agricultura urbana y la relación entre el campo y la ciudad, aportando a los agricultores de proximidad del abono ecológico que se genera a partir de los residuos orgánicos de la ciudadanía para fertilizar los campos.
"Un precompostador electromagnético, situado en puntos estratégicos de la ciudad, higieniza el residuo, en rebaja el volumen y lo estabiliza. Su sistema evita los malos olores y los riesgos de infección, a la vez que se ahorra en transporte y se aprovecha para hacer abono ecológico que el campesino recoge una vez a la semana o al mes ", explican desde Tapurna.
Revuelta va mucho más allá y también es un proyecto pedagógico de tecnología ecológica. El proyecto ofrece a restaurantes y se ha implementado en diferentes espacios comunitarios y escuelas de Barcelona, Granollers y Llinars del Vallès con el objetivo de crear conciencia y trabajar bajo los principios de la permacultura.