Durante la segunda quincena de diciembre la cooperativa Tarpuna, experta en la gestión de residuos bajo principios de economía circular, organizó sendas jornadas virtuales para que los profesionales que intervienen en las citadas actividades pudieran expresar sus opiniones y generar nueva doctrina en torno a tan actual temática.
Animado por Francisco Esteba y Josep Mª Vallés, los comentarios recogidos fueron lo suficientemente atractivos como para recoger aquí el de Dídac Ferrer uno de los fundadores de Tarpuna sobre la consideración del residuo orgánico en el tratamiento global de los residuos.
Adjuntamos sus comentarios:
“… siento mucha gente hablar de la "orgánico" cuando se refiere a la fracción resto. … Y ese es el reto de futuro: lo orgánico nos va la vida. Y no lo digo en plan metafórico, realmente es así. Cerrar el ciclo de la materia orgánica que encontramos en todo el proceso de alimentación es indispensable para fertilizar los campos y no empobrecerlo sin fin compensándolo con fertilizantes insostenibles. La materia orgánica representa hoy un porcentaje muy importante de los residuos, y es una prioridad de sostenibilidad en Europa.
Durante los primeros 20-30 años de recogida selectiva, el esfuerzo se ha puesto en los otros materiales, los "recién llegados " que lo complicaban todo: plásticos, metales, bricks, electrónica, textil … Aparte que se ha hecho mal, y que habría que abordar soluciones como los sistemas de depósito, devolución y retorno de envases, que sí funcionan, hemos montado un sistema complicado donde la orgánica ha sido la cenicienta de los residuos, La hemos mezclado y escondido. Y encima, los sistemas de separación de la fracción orgánica pensados "en macro" tampoco han resultado exitosos.
Hace años un amigo que sabe, de esto, me dijo: hasta que no cerremos tanto los ciclos que entendamos que comemos lo que producimos viniendo de la orgánica, no separaremos bien.
El proyecto Revolta, la última apuesta de Tarpuna va por ese camino.
Pues tal vez, como conclusión de las jornadas, ya lo tendríamos: Si ya "Somos lo que comemos", también "Somos lo que tiramos", como dijo el Josep Maria Vallès en un momento del encuentro.