En el blog de Rezero (www.rezero.cat) se publicó, el pasado 18 de abril, una opinión sobre la sostenibilidad del agua embotellada del que recogemos sus aspectos esenciales:
España es uno de los países más consumidores de agua envasada (el tercero de Europa después de Alemania e Italia) a pesar de que tenemos un territorio rico en recursos hídricos que dispone de una extensa y más que correcta red de saneamiento y distribución de agua de boca, Rezero opina que “el consumo de agua en botellas no tiene ninguna lógica social, ambiental ni ecológica”
A nivel económico por el coste desproporcionado para el consumidor. Desde Rezero calculamos este coste versus el consumo de agua de grifo: el consumo de agua en boca medio de una vivienda es de 900L, el ahorro para la familia por el hecho de consumir agua de grifo (incluso imputando el coste de un filtro de agua para mejorar el sabor si fuese necesario) sería de 450 euros anuales.
A nivel ambiental por la producción de envases de plástico de un solo uso y porque para producir un 1 litro de agua envasada se utilizan 3 litros más de agua; por el impacto ambiental del transporte de envases de agua a largas distancias y porque la mayor parte de estos envases no se reciclan, sino que van a parar a los vertederos o incineradoras o son abandonados en el entorno con el consiguiente problema de littering terrestre y marino (es por eso que también pedimos el SDDR especialmente para el agua envasada!).
A nivel social: porque el agua de boca debería ser tratada realmente como un derecho para toda la ciudadanía y, por tanto, los recursos hídricos deberían ser considerados como un servicio público administrado por el propio gobierno. Es necesario que nuestras administraciones comiencen a legislar en este sentido. En este sentido, conocemos el ejemplo de Eslovenia que en el 2017 incorporó este derecho a su Constitución.
Los restaurantes se suman a la tendencia de servir agua del grifo
Cada vez más establecimientos de restauración apuestan por servir a sus clientes agua de grifo filtrada con osmosis o no. De esta manera los establecimientos no solo dan un servicio con las máximas garantías sanitarias, sino que reducen su huella ecológica y se suman a una tendencia que cada día tiene más fuerza y demandada de los consumidores.
Sobre las propuestas normativa de Baleares y Navarra, valoramos muy positivamente que pueda existir una normativa que permita ejercer a los consumidores su derecho al acceso al agua con todas las garantías sanitarias y sin generar residuos plásticos. Estas regiones no se están inventando la sopa de ajo, están volviendo a recuperar lo que no hace tantos años era una práctica habitual. Lo normal antes de que, las extensas y agresivas campañas de marketing, nos hicieran creer que el agua envasada es la fuente de la belleza y la salud eternas.
Otro punto interesante está vinculado a los componentes químicos y contaminantes presentes en las aguas tanto envasadas como de red. Sobre esto hay muchos estudios tanto en un sentido como en el otro. En los últimos meses se han publicado algunos estudios sobre ambas tipologías en cuanto a la presencia de micro plásticos.
Uno de los estudios que señala que se habían detectado estos micro plásticos en el agua de grifo y hace un par de meses se difundió un segundo estudio muy amplio sobre 250 botellas de agua envasada y en este caso, la presencia de estos micro plásticos era muy superior.
Desde Rezero se cree que los micro plásticos son un problema de primera magnitud ambiental y de salud pública que deben ser tratado con gran rigurosidad.